La vuelta a casa sabe amarga porque tú no estás, y cuando vuelvas no estaré yo. Despedidas empeñadas por sudor, lágrimas y abrazos rotos. Besos interceptados por el cristal de la ventana. 5 horas de tren y un solo pensamiento; volver contigo a la cama. Pero hay que esperar a octubre.
Yo no quería que esto pasara. Pero ha pasado y ahora se me han quitado a medias las ganas de volar. Porque el hogar es el lugar que ocupa el corazón, y yo ya no soy una despatriada.
Tantos días juntos y no me canso de estar contigo.
El tiempo me ha robado los minutos igual que el reloj marcando las 17:00 me ha arrancado de tus brazos.
Escribe- me has dicho. ¿Cómo no voy a escribir si en estado de nostalgia es en el que más me inspiro?
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