Me da tanta pereza escribir sobre
este tema que no sé ni por dónde empezar, y al mismo tiempo, si no escribo,
reviento. Sentimientos encontrados. Supongo que así podría ser el titular de un
periódico no sensacionalista si este hipotético medio decidiera escribir una
crónica sobre lo que está pasando.
Porque la cosa, al final, va de
sentimientos. Así que empezaré por expresar los míos: Los nacionalismos me
generan repulsa. Simple y llanamente. Cualquier tipo de nacionalismo. Me parece
que aquellos que se cubren con banderas lo único que hacen es enterrar su
capacidad de empatía. Aquellos que defienden la idea de patria o muerte, de
nación unida… ¿Qué es exactamente lo que defendéis?
La idea de la patria, de
cualquier patria, es un concepto inventado por el hombre. Somos los hombres los
que dibujamos líneas en los mapas y decidimos que un país llega hasta aquí, y
no más allá. Como cuando los perros mean para marcar territorio, vaya, pero
sobre el papel. Y es que el ser humano, como cualquier otro animal, necesita
tener delimitado su territorio por cuestión de seguridad. El momento en el que
ese territorio pasa a ser una seña de identidad ya es harina de otro costal.
Nuestra cultura va marcada por el lugar en el que nacemos. Los hábitos
alimenticios, las costumbres, la música, el lenguaje. Eso nadie lo elige, y sin
embargo, sobre todas esas cosas construimos nuestra identidad. Sobre la
cultura. Sin embargo, la idea de patria añade un elemento de diferenciación con
los otros que al parecer sirve para reforzar nuestra propia identidad. Ellos,
en oposición a nosotros. El ser humano ve el mundo a través de un prisma
binario, nefasto error, pero cuesta salir de esa concepción. Todo es blanco o
negro. Está lo bueno, y lo malo. Hay que cambiar de gafas para curar la miopía
producida por la ignorancia y ver todos los matices, la gama cromática inmensa
que existe entre el blanco y el negro. Porque ¿cuál es la diferencia entre
ellos y nosotros? ¿Quiénes somos nosotros y por qué? Culturalmente hablando
¿qué es lo que diferencia a los catalanes del resto de ciudadanos de España?
¿La lengua? Como filóloga no puedo sino defender la variedad lingüística y
expresar con toda contundencia que la pluralidad siempre es buena. Porque por
lo demás, ¿qué es distinto? Compartimos cultura, y compartimos historia.
Y ese es un punto interesante al
que llegar. La historia. Ahora de repente todo el mundo sabe muchísimos sobre
historia, y la usan como arma arrojadiza, tanto unos como otros. Se manipula,
se dan los datos que interesan… Me enerva. Yo amo la historia y creo que tiene
un uso fundamental: Aprender de los errores del pasado para evitar que vuelan a
repetirse. Cosa que, evidentemente, no está calando entre usuarios de redes
sociales. Vamos a ver. Soy aragonesa. Que Cataluña formara parte de la Corona
de Aragón antes de que Fernando e Isabel unificaran todo el reino no afecta en
nada a la situación actual. ¿De verdad pensáis que acontecimientos ocurridos en
la Edad Media tienen algo que ver con el sentimiento independentista de la
actualidad? Si bien es cierto que ha existido un movimiento de manipulación
histórica para avivar el sentimiento nacionalista, no es lo que lo ha
originado. Más tendrá que ver el descontento general arrastrado durante el
último siglo, digo yo. Y a todos aquellos que usan la historia como argumento
irrefutable de la unidad de España como nación… La historia cambia, y las
naciones cambian con ella. No hay nada inamovible. Antes de España estuvieron
los Reinos de Castilla y Aragón, antes de ellos, diferentes reinos cristianos y
Al Andalus, antes hubo reyes godos, romanos, y celtas, íberos y celtíberos. Lo
único que la historia demuestra acerca del territorio en el que vivimos es que
siempre ha habido diversidad.
Así pues, a los que ponéis el
grito en el cielo diciendo que los catalanes van a romper España, dado que no
veo a nadie dinamitando las líneas divisorias con Aragón y la Comunidad
Valenciana… ¿Qué es lo que se va a romper? España ya está rota, herida, desde
principios del siglo XX, o puede que incluso antes, y lo único que hemos hecho
con el paso de los años ha sido poner parches endebles tratando de esconder las
brechas. Todo porque jamás hemos sido capaces de dialogar, de empatizar. Porque
siempre anteponemos la diferencia entre Ellos y
Nosotros. Porque preferimos usar la violencia antes que pensar que
podemos estar equivocados.
Por si mi opinión no ha quedado
lo suficientemente clara, hago un breve resumen. Tanto el nacionalismo catalán
como el español me parecen deleznables. Ambos se escudan en banderas para obrar
mal. Pero lo que no hay que ignorar es que en Cataluña hay muchas personas que
sienten que su identidad es diferente, y hay motivos para ello. El que el
número de personas que se sientan así haya aumentado tanto en los últimos años
se debe a una opresión injustificada. Si vivimos en democracia ¿por qué se
silencia la voz de los ciudadanos? ¿Por qué la represión violenta?
Y sobre todo, por parte de los
civiles. ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué os molesta tanto que las personas tengan
derecho a decidir sobre su propia identidad? En un siglo en el que se puede
hablar abiertamente de la identidad de género, por ejemplo, ¿por qué esto da
tanto miedo? Porque el odio, generalmente, viene originado por el miedo. Si
toda tu identidad, lo que eres, se basa en una bandera y un mapa, tienes un problema,
amigo. Porque entonces claro que cualquier alteración de ese mapa supone que
los pilares de tu existencia se tambaleen.
Antes que españoles o catalanes,
somos personas. Cuando construimos nuestra vida y nuestros valores sobre eso,
las fronteras no son más que líneas imaginarias.
El odio y la violencia sólo
generan más odio y más violencia.
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