domingo, 25 de octubre de 2009

Melodías.

Existe una melodía capaz de transportarte en cada una de sus notas, alejándote de tu cuerpo, del mundo, de la realidad, evocando lugares lejanos, imágenes desconocidas, luces, colores, impresiones, hasta olores.
Existe una melodía que logra captar lo más hondo de tu mente, y te concecta con alguien más, a través del espacio y el tiempo, y consigues lo imposible, y sabes que la magia existe, y que está dentro de cada acorde de guitarra, que sin ningún motivo aparente conmueve hasta el último ápice de tu alma.
Me balancea suavemente en su etéreo abrazo, pienso, y no pienso al mismo tiempo, pero sé con seguridad que he nacido para escuchar esa música. Aún soy incapaz de interprestar su significado, pero me habla, me habla alto y claro, y sé que las respuestas a todas mis preguntas se encuentran ocultas en el apasionado rasgar del aire.
Me hace sentir que si me dejase caer hacia atrás en el aire, podría flotar.
Me inspira la necesidad de tocar, de acariciar algo en un gesto sagrado, de cerrar los ojos y abandonar mi cuerpo al delirio.
Y llegamos a crescendo, el éxtasis absoluto, y una lágrima recorre mis mejillas de pura emoción, pues nunca he oído algo tan hermoso.
El ritmo disminuye, lentamente, y creo despertar de un sueño.

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