lunes, 28 de diciembre de 2009

Dulce locura.

Puede que esté loca, porque hablo contigo cuando no estás. Acumulo todas las cosas que te quiero decir en mi mente, y allí, en lo más recóndito, te las cuento. No importa que no me escuches... o puede que sí lo hagas.

Puede que esté loca, pues no ha sido un largo periodo de tiempo, y al fin y al cabo son mi cabeza y mi percepción las que me juegan malas pasadas, pues soy consciente de que estás más lejos, y soy consciente de que no me puedo comunicar contigo.

Duermo lo más que puedo para que los días sean más cortos, y cuando despierto, hago mil cosas para manetenerme ocupada, pero por más que me esfuerzo en aislarte de mi pensamiento, es imposible... es un eco profundo arraigado en el subconsicente: Que llegue ya, que llegue ya.

Incomprensiblemente te he echado de menos. Puede que no haya tenido tiempo para hacerlo, pero empezó desde el momento en el que abandonaste las sábanas la mañana siguiente a Navidad.

Puede que esté loca, pero sólo quiero suplicarte... quédate a mi lado.

Te quiero.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Te quiero.

Te quiero. Te quiero. te quiero.

Es esa certeza a que hace que todo valga la pena. Arriesgué, y gané.
Oh, sí. Me tocó el premio gordo.

Releí algo que escribí hace unos meses: Historia de dos.
La volvía a leer y me di cuenta de que lo has cumplido todo, absolutamente todo. Has hecho que mis sueños se hagan realidad.
Y por eso te quiero. Por quererme. Por hacerte querer.

Puede resultar repetitivo, aburrido, rutinario, soporífero, ordinario....
Pero te quiero. Te quiero. Te quiero.

Y es que no hago mas que pensar en ello. Puedo tener la cabeza en mil cosas, estar agobiada, estresada, cansada o de mal humor, pero siempre estás tú, grabado en mi subconsciente, haciendo que esboce involuntarias sonrisas, y capaz de levantar a mi alrededor una burbuja de felicidad que me protege de todo mal.

Te quiero, te quiero, te quiero.

¿Por qué?

Puede ser porque te esfuerzas en hacerme feliz.
Puede ser porque eres mi mejor amigo.
Puede ser porque me conoces y me aceptas.
Puede ser porque contigo hago el amor.
Puede ser porque me encanta cada adjetivo que describe a tu persona.
Puede ser porque seas el único que me deja sin palabras, e incluso sin respiración.
Puede ser porque me impulsas a mejorar como persona.
Puede ser porque mi primera prioridad sea hacerte feliz.
Puede ser porque no me importa llorar sobre tu hombro.
Puede ser porque me gusta sentirme protegida entre tus brazos.
Puede ser por la suavidad y la dulzura apasionada con la que me tocas.
Puede ser porque pierdo la cabeza cuando tu boca roza mi boca.

¿Por qué te quiero? No lo sé.
Sólo sé que te quiero. Te quiero. Te quiero.