lunes, 31 de diciembre de 2012

2012

Es tradición hacer balance del año que se acaba, aunque no tengo muchas ganas. Creo que no he llorado tanto en mi vida. Ha sido un año raro, bastante nefasto para mí y para  la gente que me rodea. 

Se me ha roto el corazón,  he perdido a un buen amigo, y eso me pesa profundamente. He tenido horas muy bajas, he cometido muchos errores, y he pagado las consecuencias. 

Pero aquí estoy, a finales de año, y puedo decir, este 31 de diciembre, que estoy bien. Que no he llegado a tocar fondo, después de todo. Que en los peores momentos ha habido un montón de gente que no me ha dejado caer, y eso significa que hay algo que estoy haciendo bien. A mis amigos de siempre, esos que me aguantan en las peores tempestades, se han sumado bastantes caras nuevas. He hecho muchas cosas nuevas, he descubierto nuevas vocaciones, he ayudado a sonreír a gente a la que aprecio, y estos tres últimos meses, que han sido los peores, he luchado muy duro, y he ganado la batalla. Estoy disfrutando de mi soledad. Me siento plenamente libre, no tengo miedo de nada, no hay límites, estoy re-definiendo mi persona. Y resulta que me gusto, me gusto mucho. En los momentos difíciles, he sabido hacer las cosas bien.   

El hacer el curso de monitor de tiempo libre hace un año fue un punto de inflexión. La Elena que había quedado en un segundo plano se despertó y empezó a patalear por volver a salir a la luz. Ahora está de vuelta. No voy a dejar que se marche nunca más. 
El haber entrado en Tebarray también ha cambiado muchas cosas. Me encanta ser monitora, y trabajar con chavales. Hasta me planteo estudiar Educación Social. 

Pero lo mejor han sido las personas. Los de siempre, esos que no fallan; Marina, Marco, Edu, Blanca, Oier, Miguel, Ana. Carlota y María, que han sabido perdonarme, y que son como mis hermanas, porque no importa lo que pase, son ellas. 
Las nuevas incorporaciones, que vienen fuerte; Marina S, Laura C, y Adriana T, que se han ganado un hueco en mi corazón a una velocidad impresionante. 
Mis compañeros de Amici, mis chicas del coro, que siempre están ahí para dar un fuerte abrazo, sin ni siquiera preguntar, porque no hace falta, no queremos y ya está. 
Mis amigos de Os Zagales, que siempre saben arrancarme una carcajada. Los monitores de Tebarray, que me han acogido como una más, y se han portado estupendamente conmigo. 
Mis filólogos, que no pueden faltar. Porque hemos hecho una buena piña, y ahora que la mayoría no está, los echo un montón de menos. Y Adriana, Ángela y Lauri, que sí que están, y me alegran el día a día. 
Mi familia. Mi madre, mis hermanos. Mis primos, el reencuentro fue estupendo. Hay que repetir. Ha sido una de las mejores experiencias de 2012, el juntarnos toda la gran cuadrilla H de la T. 
Y Diego, gracias por las sonrisas. No me pidas perdón por las lágrimas. Siempre. 

2013 promete. Un montón de viajes, un montón de proyectos, un montón de gente nueva. Me lanzo de nuevo a la aventura, el retiro ha sido demasiado largo. Retomo en Anti-Murphy: Si algo puede salir bien, saldrá mejor. La última vez que lo apliqué, en 2009, fue el mejor año de mi vida hasta la fecha. A ver si éste lo supera. 

viernes, 14 de diciembre de 2012

Los confines de la conciencia.

Los confines de la conciencia. Porque no tiene límites. Podría escribir un ensayo sobre la locura, sobre la desesperación infinta, el dolor, la decepción, la desilusión absoluta. Pero hay más. Porque cada vez que pienso que no puedo más, resulta que sí que puedo. Porque he pasado de puntillas por los restos de cristal de mi alma rota, y estoy descubriendo lo que había detrás de la vidriera. A veces está en sombras. A veces, un fogonazo de luz me ciega y me impide ver bien. Pero está ahí. Una nueva dimensión de mi yo, de mi persona, inexplorada. He tenido que aceptar tan rápido cosas tan dolorosas en lo últimos meses, que he vuelto a ascender de liga. Aunque todavía no he resuelto en cuál estoy jugando. Ni a qué estoy jugando. 

"Podría haber llorado un mar de lágrimas saladas, arrojarme a los avismos y partirme en dos el alma, desatar la tempestad y el huracán de mi garganta, y confesar desesperado que no puedo con mi rabia. Aunque en mi actitud no soy tan evidente, no puedo sufrir más. Que el dolor cuando es por dentro, es más fuerte."

Es curioso cómo hay canciones que definen perfectamente todo. Qué haríamos sin la música. Sin la poesía. En qué mundo desolado nos moveríamos, mudos, incapaces de expresarnos. 
No hacen mas que repetirme: "Tienes que alejarte, tienes que cuidarte, tienes que preocuparte por ti, porque lo importante eres tú." Tienes. Tienes. Tienes. Claro que sí. Pero este es mi momento. El más íntimo, personal, y confidencial. Nada de imposiciones. Nada de tener qué. Estoy bailando conmigo misma. No soy feliz. El sufrimiento duele. Pero la melancolía es una melodía agradable para bailar. Es el reencuentro. Ya habrá tiempo para la alegría. Estoy rota, no muerta. Llegará el momento de la reconstrucción. No tengo miedo. 

No tengo miedo.

Soy libre. Ya no le temo a nada. Ni al propio sufrimiento. Lo que estoy descubriendo de mí misma, de la condición humana... Quiero explorar eso que había detrás del cristal. Eso es lo que necesito. 
He visto la muerte. He visto el abandono. He perdido el amor.
Y como dijo Albert Camus: "Nunca había sido tan consicente de mí mismo"
No es siquiera mirarme al espejo, y decirme, esto es lo que hay. No. Va más allá. Mi esencia es libre, para expandirse por donde quiera. La realidad es tan relativa. Las personas tan volubles.
Me siento extremadamente empática. Comprendo todo lo que sucede a mi alrededor. Es por eso por lo que no puedo estar enfadada. Estoy desgranando las complejidades del ser humano. El camino es arduo. Pero quiero saber. Siempre he querido saber. 

Sé quién soy. Sé cómo soy. Sé mi lugar en el universo. Y también sé que soy tan sumamente libre que nada puede acotar mi esencia. Soy yo quien decide en cada momento qué dirección tomamos; mi yo. Mi persona. 

Y a pesar de tener el corazón en mil pedazos cobijados a mi sombra, sonrío. Porque soy totalmente libre. Porque ya no tengo miedo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Esa niña

“You need not be sorry for her. She was one of the kind that likes to grow up. In the end she grew up of her own free will a day quicker than the other girls.” 
― J.M. BarriePeter Pan

Esa niña de ojos grandes y brillantes cargados de ilusión. Esa que creía en la magia. Esa que detestaba ser la princesa y tener que esperar a ser rescatada. Nunca se le dio bien esperar. Prefería esgrimir la espada y luchar por sí misma. Ser la heroína del cuento. La que salvaba a los demás. Esa niña que le preguntaba incesantemente a su madre si era buena. Porque siempre quería ser mejor. Esa que decía que lo que quería hacer de mayor era cambiar el mundo. Esa niña que vivía en un mundo distinto, que se fiaba de su instinto y su infinita imaginación. Que creaba mil castillos en el aire, e ideaba mil aventuras. Que soñaba con ser Indiana Jones. Que se refugiaba en los libros, porque la fantasía era con creces mucho mejor. 
Esa niña una vez fui yo. 

La niña se vio obligada a crecer de golpe, a encarar las injusticias de la vida demasiado pronto. Se vio asaltada por mil dudas existenciales y su forma de ver el mundo cambió. Los libros nunca faltaron, eso permaneció. Empezó a escribir para aclarar su mente,  y alguna que otra historia para evadirse del presente. Con tantas ideas nuevas levantó un escudo, se volvió una rebelde con causa, una idealista, una soñadora. Le empezó a interesar la política. Palabras como justicia y libertad cobraron nuevos sentidos. Se llamaban principios. Se volvió apasionada, intensa, se entusiasmaba con cada nuevo proyecto, vertía el alma en cada cosa que hacía. Luchó por su identidad sacando las garras, y la integridad y la autenticidad le costaron un precio. Fue doloroso. Pero venció. Como todas sus batallas. Era bastante radical. En el juego de la vida había que luchar por sobrevivir. Y ella sabía quién era. Sabía que quería escribir. Que quería viajar. Y como siempre, cambiar el mundo. Se lanzó a la aventura como siempre había soñado, cruzó medio planeta, dio la vuelta a un continente, y su horizonte expandió.
Esa chica una vez fui yo. 

Y entonces llegó el amor. Y todo aquello en lo que una vez había creído; la libertad e independencia por encima de todo, se desvaneció. Porque estaba loca por él, y como siempre, se entregó en alma y cuerpo. Hasta se olvidó de sí misma. Le regaló su identidad, para que él hiciera lo que quisiera con ella. Se adaptó, porque eso es lo que hay que hacer cuando es cosa de dos. Empezó a posponer los grandes sueños de su vida. Pensó que la rutina no estaba tan mal. Quedarse en un sitio, tener una casa.  Que ya viajarían cuando fueran mayores. Poco importaba todo, mientras él estuviera a su lado. Los sacrificios no lo fueron. Era regalos. Como cada segundo a su lado. Y él le hacía feliz. Y cuando se prueba la felicidad, no se quiere renunciar a ella. Porque es mucho mejor que todos los principios, los sueños, los grandes ideales. Tres años y un poco duró el sueño. Y ella se quedó rota, desmadejada, buscando los trozos de su corazón en las tinieblas, agarrándose a sus sueños locos de cambiar el mundo... Porque al final, eso es todo lo que queda. 
Esa mujer soy yo. 

Colecciono cicatrices, no sólo historias. O tal vez las historias que cuentan esas cicatrices son las que forman el relato de mi vida.  Un relato que valga la pena conocer. Pero poco me importa ya la trascendencia, la inmortalidad de la memoria. Me abandonaría al olvido por una sola vida junto a él. 

¿Qué fue de aquel espíritu libre, salvaje, indómito? ¿Qué fue del fuego que solía agitar mi alma? Un nuevo soplo de la vida lo apagó. Y ahora toca volver a esgrimir la espada, sin esperar a ser rescatada, coger el escudo de ideales y refugiarme tras él. Porque al fin y al cabo, no soy tan distinta de aquella niña que fui ayer. 


jueves, 29 de noviembre de 2012

Y que las sombras sean bienvenidas.

Te odio. Aunque no sea verdad. Te odio por volver a hacerme sentir que no merezco la pena. Por añadir un abandono más a mi lista. Te odio por hacer que te quiera aún cuando te comportas como un niñato egoísta. Porque lo eres. Tal vez siempre lo has sido. Tal vez lo que he amado ha sido sólo tu potencial. Un potencial que has decidido no explorar. Porque prefieres ser mediocre. Tu máxima aspiración es la aceptación de los mediocres. ¿Cómo te he podido amar tanto? ¿Cómo he podido verte como algo sublime? Tal vez has sido sublime. Tenías potencial. Aunque has dejado de usarlo. O tal vez yo sólo estoy siendo injusta. Qué más da. Te di el poder de destruirme, y lo has usado. Me has robado las ganas de vivir. Me has robado mi fe en el amor. Me has robado el poco amor propio que alguna vez pude tener. Porque no merezco la pena. Y nunca mereceré la pena. Porque has roto mi corazón en mil pedazos, y lo único que siento es que no quiero volver a amar. Jamás. No volveré a ser vulnerable. Volveré a ser la sombra oculta detrás de la gran muralla de ideales. Lucharé por cambiar el mundo. Porque si dejo de hacer eso... ya nada vale la pena. Porque te odio. Y algún día mi odio pasará a ser desprecio, o fría indiferencia, cuando la sensación deje de quemar. Y entonces ya no seremos nada. Y el viento arrastrará las cenizas. Vete. Vete lejos. Emborráchate y fóllate a mil, córrete dentro de ellas, y piensa si en alguna vas a encontrar un hogar, como lo encontrabas en mí. Esclavízate en esa sociedad de hombres grises que tanto adoras, y cuéntame si eso te hace libre, si te hace libre el tener que poner tu mejor fachada, si serás tan libre como para mostrar tus miedos, tus inseguridades, tus sueños, tus pensamientos absurdos, como has hecho conmigo. Porque conmigo te comprometiste, pero siempre fuiste tú mismo. Porque yo te quería. Amaba cada una de tus pequeñas imperfecciones, porque formaban un conjunto perfecto, armonioso. Porque veía tu luz. Y tu has dejado de verla en mí. O tal vez se haya apagado, porque ya no merezco la pena. Te odio. Te quiero. Te deseo lejos a la vez que cerca. Te necesito, y no quiero necesitarte. Te odio. Te quiero.
Has destruido la parte de mí que una vez valió la pena. Me la has robado, como todo lo demás. Ahora sólo quiero abrazarme a las sombras, pues una sombra soy. Sentirme poderosa, atractiva, manipular. Quiero ser una femme fatal. Ser egoísta como tú. Renuncio a la felicidad. Me contentaré con el vano placer de jugar con hombres perdidos, como tú. Seré una viuda negra. Pues mi capacidad de amar se fue contigo, y también mi luz. Mi luz no merece la pena. Tal vez mis sombras lo hagan. Porque si no sólo queda el gris. El vacío. Los días iguales, como ahora. Prefiero la oscuridad. 

Adiós a Nunca Jamás. Ha sido un sueño. Sólo ha sido un sueño. Era demasiado bonito para ser verdad. Y nunca, al igual que siempre, resultó ser demasiado tiempo. 

domingo, 25 de noviembre de 2012

Campo de batalla.

No me pidas que luche por ti, porque tu ya lo estás haciendo. Y si los dos estamos luchando por ti... ¿Quién lo hace por mí? Te fuiste a combatir en tus propias batallas y me dejaste abandonada en medio de la guerra. Me siento un poco como en el inicio de Bailando con Lobos, avanzando lentamente con los brazos en cruz, expuesta a las balas del enemigo, a esas balas que no llegan. Y lo único que quiero es que esta misión suicida acabe ya, que me encuentre la muerte y se lleve la desesperación, aunque en el fondo deseo ganar la guerra. Pero avanzo en plan kamikaze, porque a quien todo le han quitado también le roban el miedo. Me dejaste sola ante el mundo. Lamentaría saber que a ti se te complican tus batallas, que no sabes como ganarlas, pero tú te fuiste, y ahora, ésta es mi guerra. Sólo mía. Sólo estoy yo contra el mundo, defendiendo mis ideas a voz en grito; apostando por la cultura y la educación, por los viajes, por los sueños, por cambiar el mundo... Por hacer algo que merezca la pena. Por dejar una huella. Por ser inmortal a través de mis páginas, que consigan hacer reír, hacer llorar, hacer pensar aunque sea un poco, impactar en los demás de alguna manera. Soy una persona complicada. Soy consciente. Soy bipolar, volcánica en cierto sentido; exploto demasiado a menudo, y quemo a todo aquel que esté cerca. Pero como dijo Marilyn Monroe... "si no puedes aguantarme en mis peores momentos, desde luego no me mereces en los mejores." Siempre he sido así. En lo bueno y en lo malo. Estoy un tanto loca, bebo lo vientos por la justicia, la aventura, y la libertad. Esas siempre han sido mis máximas. A cualquier precio. Siempre he defendido a capa y espada mi autenticidad. No soy perfecta. No aspiro a serlo. Pero ahora tengo que convencerme a mi misma de que merezco la pena. Porque tu dejaste de luchar por mí. Y en esta guerra que es la vida... la rendición es la muerte, y atacar es la vida. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Noviembre amargo

Desesperación. Latigazos en el alma, puñetazos en el corazón. Me abandono lentamente, dejo paso a la locura, a la volubilidad. Adiós, hola y adiós otra vez. ¿Dónde quedó la justicia? Perdiste todo rastro de empatía  en el camino, o tal vez te la robé yo. ¿Cuándo se perdió la inocencia? ¿Cuándo dejé de creer en el amor? Mi fe está rota, como rota estoy yo. Sobrevivir... qué superficial. Como si quisiera. Trompetas y otros instrumentos de viento. Beethoven y su novena sinfonía. El himno de la alegría. Qué irónico. Tinieblas. Un barrera de humo entre la realidad y mi mundo interior. Lo que parecía importante ya no lo es. Sin ti, el mundo me da igual. Me hundo en la miseria de sentirme miserable. Gris. Gris por todas partes. Zaragoza se sumerge en niebla, no sé si real o imaginaria. Trozos de pintura descorchada en una pared que una vez fue blanca, impoluta, inmaculada. El tiempo no perdona, el tiempo no cura. El tiempo desgasta, incita al olvido, al olvido de lo que alguna vez fue bueno, sagrado, bello. Y todo se vuelve viejo y amargo. Mi cuerpo me castiga, como si no hubiese sido suficientemente castigada por un crimen que no cometí. Duele, se alía con la mente y me empujan hacia el vacío. Alguna vez fui feliz, no hace mucho tiempo. Aunque parece muy lejano. Lágrimas que queman. Sal cristalizada en mis mejillas. ¿Por qué me esclavicé voluntariamente? Será porque te amaba. Tal vez todavía lo haga. Aunque me resulta complicado sentir algo que no sea dolor. Punzadas que desgarran las entrañas. Corazón desbocado. Miedo. Frustración. Impotencia. Mi canción favorita de Celtas cortos: "A veces llega un momento en que te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente, pero con ganas de morir. Paseando por la calle, todo tiene igual color, siento que algo echo en falta, no sé si será el amor." Sólo que yo sí que lo sé. Tal vez tenga que rendirme. Dejarme caer. Tocar fondo del todo, en vez de mantenerme a ras de suelo calculando el tiempo que voy a tardar en estrellarme. Dejarme morir, metafóricamente hablando. Masticar la amargura con rabia. Sumergirme en la tristeza. Y tu sonrisa, esa que hace que te brillen los ojos. Hace mucho que no la veo. Muero al pensar que estarás por ahí vendiéndola al mejor postor. No estoy sola. No estoy perdida. Pero estoy tan profundamente destrozada. Y ahora violines. Los adagios siempre fueron mi parte favorita. El clímax. La emoción a flor de piel. Aire que pasea entre mis labios, secándolos, dejándolos sedientos de tus besos. 

martes, 23 de octubre de 2012

Monólogo interior

Siento que me vuelvo loca. Y a pesar de ello, siento una extraña calma. No sé si es la que precede a la tormenta. Espero que no. La lucha interna se hace cada vez más encarnizada, y no hay claro vencedor. Ambos se estás desgastando; la mente y el corazón. La mente es fuerte. La mente es sabia. Aprende a cada minuto. Se empapa de cada moraleja que le da la experiencia como si de una esponja se tratara. Lo asume, y lo guarda para luchar próximas batallas.

La reflexión es la siguiente: No es que no hayas sido suficiente, tal vez has sido demasiado. Eres tan decidida, tienes tanta determinación y las ideas tan claras que cuando él se ha cansado de dejarse llevar, lo cual era muy cómodo, lo has arrollado. Él está madurando., y necesita espacio y tiempo para hacerlo. Necesita libertad para encontrarse a sí mismo. En los últimos meses has hecho más de madre que de novia. Así no podíais seguir. Si le quieres, déjale marchar. Haz un último sacrificio. Y piensa en ti. Tu necesitas un adulto a tu lado. Claro que pensabas que él iba a estar ahí para siempre. Le quieres, le echas de menos.  Él te hace feliz. Te hace ser mejor persona. Es tu equilibrio. Te da ilusión, la sonrisa, te ayuda a que todo sea más fácil. Pero tú eres fuerte. Tú eres valiente. Tú vales muchísimo. Hazle caso, y no le esperes. Puedes ser feliz. Te lo mereces. No has hecho nada malo. Lo único que has hecho ha sido amar en cuerpo y alma a alguien. Y eso no es un delito. Renunciaste a ti misma por él, pero porque tú ya sabías quién eras. Es un paso que él no ha dado, y por lo tanto, no puede entregarse de la misma manera, por mucho que te quiera. No le esperes. Respétalo, por mucho que te cueste. En ésto ya no puedes ayudarle. Está solo contra el mundo, y así es como tiene que ser. Tú ya pasaste por eso. Pasaste todas las pruebas que se te pusieron, y las superaste. Es un viaje que tiene que hacer cada uno. La vida no admite trampas. 

Ésta es una prueba más en tu vida, también, porque todavía te queda por aprender. Es una prueba de paciencia y de respeto. Una prueba de valor tranquilo. Tienes que aprender a ser equilibrada sin él. Él te ha enseñado mucho sobre eso. Todavía tienes que aprender a defender lo tuyo sin radicalismos. Superarás la prueba, Elena, siempre lo haces. La perfección no existe. Tienes que seguir mirando al espejo para seguir puliendo defectos. Es difícil, pero lo has hecho con anterioridad. Esta vez te toca ejercitar la paciencia, el respeto, la tolerancia. Juzgas demasiado, aun sabiendo que no está bien. ¿Quién eres tú para juzgar, para criticar, si cometes errores como la que más? Es uno de los grandes defectos que tienes, y lo sabes. Y a él no le gusta. Ni a ti tampoco. Te hace ser mezquina. No necesitas mirar con malos ojos a los demás. Tienes una visión bastante positiva de ti misma. No deberías comportarte como una amargada, ni siquiera ahora lo estás. 

Supongo que la calma viene de mi habilidad por mantener la sangre fría en situaciones difíciles. No es más que una nueva prueba vital. Y tienes que dar lo mejor de ti misma  para superarla. Es todo eso, autosuperación. De ésta saldrás reforzada. 

El corazón escucha todo ésto con atención y está de acuerdo. Dejarle marchar es la mayor prueba de amor que puedes ofrecerle. Pero la verdad es la que es. Que le quieres. Y que le vas a esperar, aunque la mente no se de cuenta de ello. Volverá. Porque mientras quede amor, queda esperanza. Aunque parezca imposible. El corazón es un creyente nato. Y la fe mueve montañas. Mi fe en él. Aunque la mente se desespere y siga adoctrinando al corazón... El corazón tiene razones que la mente ignora.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Diego Soler

No sabes quién eres. No sabes dónde vas. Y por primera vez, ésto te preocupa. No te inquietes, se llama madurar. Aunque, siendo sinceros... ¿Hay alguien que lo sepa con seguridad?

Los seres humanos evolucionamos, pero la esencia, la esencia no cambia. No tengas miedo de mirarte en el espejo. Es un paso difícil, pero hay que hacerlo. De todas fromas, no te preocupes, no vas a encontrar nada de lo que vayas a avergonzarte. Nadie es perfecto, por supuesto. Pero en ti pesan más las cosas buenas que las malas.

¿Quién es Diego? ¿Cuál es su sitio en el mundo? Es algo que tienes que descubrir por ti mismo, el motivo por el que quieres estar solo, para que nadie interceda o influencie tu búsqueda. Sin embargo, el ser humano es un animal social, y en gran medida somos aquello que proyectamos en los demás.

Diego es un equilibrista. Un proyecto de sabio. Te gusta aprender y sientes curiosidad por absolutamente todo, quieres experimentar cada cosa que se presente en tu camino. No eres nada radical. Eres tranquilo y te gusta ver todas las perspectivas de las cosas. Aun así, tienes la mente clara, ágil, con ideas bien establecidas. Eres independiente, te gusta encontrar tu propio camino, aunque a veces la pereza, el miedo o la incertidumbre te impiden avanzar. No te gustan los conflictos, pero no eres cobarde, sólo sensato, cauto.
Te gusta socializar, pero hay una parte de ti que siempre te reservas. Sin embargo, tu sentido del humor, tu simpatía y tu facilidad de conversación hacen que gustes en seguida a tu alrededor.
Eres sencillo, disfrutas de los pequeños placeres de la vida; comer, una excursión, una peli, un juego. Te gusta ser eficiente, no soportas perder el tiempo. Te gusta arreglar cosas.
Eres generoso y responsable. Te gusta ayudar a los demás, hacer las cosas bien, dibujar sonrisas, crear felicidad.
No eres ambicioso, no sueñas con la grandeza. Pero hay en tí un pequeño héroe escondido, deseoso de salir al exterior, quequiere hacer lo que esté en su mano para mejorar el mundo, porque cree en el bien y la justicia.

Te he visto reir, te he visto llorar. Te he visto dormir. te he visto ilusionado, preocupado, aburrido, divertido. Te he visto sufrir y también amar. Te he visto feliz. Te conozco como la palma de mi mano, sé cómo piensas, se lo que te asusta, y lo que te alegra.

Y por eso puedo decir que eres una buena persona, sabia, con un alma fuerte y deseosa de vivir aventuras, de aprender y experimentar. Y de hacer felices a los demás.

Yo te lo ofrezco todo. Hasta hace no mucho así lo creías. Mi oferta no ha cambiado. No te impongo un camino, sólo quiero compartirlo contigo. No quiero ser un estorbo. No quiero estar encima de ti. No quiero ser tu madre. Sólo quiero que volvamos a ser el equipo fantástico que éramos. Ser tu compañera. Espero que no tardes en darte cuenta.


martes, 16 de octubre de 2012

Abrazada a la tristeza

Hoy es día 16. Ese número especial que para ti ya no significa nada. La filosofía del yoga dice: "Abraza las sombras, acéptalas, y ellas te guiarán hacia la luz." Está bien, las abrazo. No estoy bien. Trato de convencerme a mí misma y al mundo, y voy progresando, pero no estoy bien. La tristeza es tan grande que a veces me roba el sueño y hasta la respiración. Te echo tantísimo de menos. Estás en cada canción, en cada rincón de la ciudad, en cada rincón de mi memoria. Y tengo miedo. Y lo que más miedo me da es el miedo, y la soledad, y ahora tengo las dos cosas. Tengo miedo a perderte del todo, miedo a que desaparezcas de mi vida, miedo a dejar de importarte, miedo a que me reemplaces o me sustituyas demasiado pronto. 

No puedo dejar de quererte, y sé que tú todavía me quieres, y eso lo hace todo más difícil, saber que no podemos estar juntos porque en esta crisis de identidad que estás pasando yo sólo soy un estorbo. Y duele, muchísimo. Llevo tanto tiempo dedicándome a hacerte feliz que ser la causa de tu infelicidad se me clava como un puñal en el pecho.

Racionalmente, todo encaja a la perfección, naturalmente. Mi mente lo ha asimilado todo desde el principio. Necesitas tiempo, necesitas espacio para ubicarte en el mundo, no puedes seguir dependiendo de mí para cada plan de futuro, tengo y necesito dejar de ser tu segunda madre. Tienes que crecer por ti mismo, y yo ya no puedo ayudarte. Es todo sumamente coherente. También sé que yo estoy menos perdida, sé quién soy, sé lo que quiero hacer con mi vida. Pero para qué mentir, si tú no estás, nada de eso tiene sentido. Sé que es cuestión de tiempo, que el dolor pasará, que volveré a enamorarme y que el profundo vacío que siento en el alma desaparecerá. La teoría es muy bonita, y me la repito una y otra vez. Pero en sueños, el subconsciente me traiciona y vuelves a mí cada noche, y por mucho que luche contra esa idea, por mucho que repita que no voy a esperarte más, que voy a seguir con mi vida... esa tenue esperanza se aferra a mi pecho y no lo quiere soltar, quiere anidar allí... Porque, si no ha muerto el amor, si no ha muerto la pasión ¿Puede ser realmente el final? 

Me gustaría tener tu habilidad para aislar los pensamientos que te duelen, o te molestan. Aún no entiendo cómo puedes no pensar en ello. Cómo puedes decir "¿Qué gano yo pensando que te echo de menos? Claro que te echo de menos, pero no sirve de nada darle vueltas." Así que es cuestión de ganar. Sólo el fuerte sobrevive. Y yo soy la parte frágil. Así que no me queda más remedio que sobrevivir. 

La barca en la que remábamos juntos se ha despedazado. A mí las olas me empujan hacia la orilla, y tú estás atrapado en un remolino desde el que no avistas tierra. Debería ser más fácil para mí, dejarme arrastrar hasta la playa y curarme las heridas. Pero sigo nadando a contracorriente, hacia ti, a pesar de que tú ya no me buscas. No sé lo que va a pasar... No sé si me daré por vencida y me dejaré llevar por la corriente, en realidad estoy tan cansada de luchar por todo... No sé si tú llegarás a mi isla, o la marea te llevará a otra, ni cuánto tardarás en llegar a donde sea. Pero presiento que por mucho que rehaga mi vida, no dejaré de mirar el horizonte, esperando, de alguna manera, que vuelvas a mí.

Porque el amor, cuando no muerte, mata,
Porque amores que matan, nunca mueren.

lunes, 8 de octubre de 2012

Grita libertad.

Se habla mucho de libertad. A todos nos gusta decir que somos libres. Que vivimos en un Estado libre y Democrático que defiende nuestras libertades individuales, nuestra libertad de expresión etc... ¿Soy la única a la que le hace gracia tanta hipocresía? ¿Soy la única a la que le entra la risa cuando oye lo del Estado libre, lo de la libertad de expresión? Hablamos de un Estado que nos ha esclavizado para ofrecernos como carnaza al poderoso caballero Don Dinero... y no olvidemos cómo ha cambiado TVE en las últimas semanas, libertad de expresión... y un cuerno. Se dice lo que los amos mandan, de nuevo. Buenos periodistas despedidos porque no interesa que digan la verdad. Pero como siempre, pienso que los políticos que tenemos son aquellos que nos merecemos, tristemente. No sólo España, la situación es global... en España el único problema es que son penosos hasta mintiendo, y lo peor es que la gente les cree. Demagogia barata vendida al ganado desorientado. Y no hablo de partidos. Dan todos mucha pena. Hay muy poquitos que se salvan. Pero no quiero meterme en una disertación sobre política, porque es demasiado tenebroso, y podría no acabar jamás dando vueltas sobre el mismo tema. 

Libertad. ¿Qué es libertad? Parece que la inmensa mayoría de la gente piensa que es hacer aquello que a uno le apetece. Craso error. Apentencia, esa palabra que define la volubilidad del ser humano. Es mentira, señores, viven ustedes engañados. Ser libre no es hacer lo que uno quiera, cuando quiera y como quiera. Ser libre es la capacidad de elegir las decisiones que se toman a lo largo de la vida, y hacerse responsable de las consecuencias que éstas traigan. Ohhhh, y aquí es cuando la gente recula. Porque a todos nos gusta hablar de libertad, pero cuando mencionamos la responsabilidad... Es menos fácil, menos divertido, no nos gusta ser responsables de nuestros actos, es mejor echarle la culpa al vecino. Es mejor situarnos como pobres víctimas engañadas por otros, eximirnos de toda culpa. 

Para ser una sociedad libre, primero hace falta ser libres como individuos. ¿Lo somos? ¿Cuántas veces permitimos que la sociedad sea la que elija nuestra identidad, la que nos diga cómo tenemos que ser? ¿Cuántas veces nuestra identidad no deja de ser un calco del modelo establecido? Hay que ser normal. Lo normal es lo bueno. Si no eres normal, no eres aceptado. ¿Qué es ser normal? ¿Qué es hacer lo normal? Lo normal es lo que define el orden establecido. Y evolucionar implica romper con ese orden. Pensando en Darwin y en la teoría de la evolución, aquellos animales que sobrevivieron fueron los que tenían alguna diferencia, así es como se hace la evolución. Estamos tan preocupados por ser normales que muchas veces nos olvidamos de explorar nuestra propia excepción, lo que nos hace únicos. Nos da miedo ser diferentes, porque las ganas de ser aceptados son mayores que las ganas de ser libres. Sin embargo, cuando usamos la palabra excepcional, la usamos como un adjetivo positivo. Cuando hablamos de amor, nos gusta que nos hagan sentirnos únicos. ¿Por qué no empezamos por luchar por nuestra propia excepcionalidad antes que los demás? Dejamos que se nos juzgue, que se nos marque el camino, dejamos que las opiniones de los demás nos afecten. Siempre por miedo. El valor y la libertad siempre están bastante relacionados. 
"Tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso."
Hay muchos cínicos que dicen que en el fondo, la libertad es un mito. Que no hay nadie que sea realmente libre. Que hay cosas que no puedes elegir. Cierto. El individuo y su ambiente. El individuo y sus circunstancias. "Yo soy yo y mis circunstancias" 
Claro que sí. Pero en última instancia, eres libre al decidir que actitud tomas ante esas circunstancias. El futuro está siempre en movimiento, cambia según tus decisiones, hasta la más pequeña puede importar. 

Ser libre conlleva una gran responsabilidad. Por eso, lo normal es que haya muchos cobardes, y sólo las personas únicas cambian el mundo. 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Adiós mi corazón.

Pensaba que la expresión de romperle el corazón a alguien no era mas que eso, una expresión. Ahora ya entiendo el porqué se utiliza. El pinchazo que he sentido, la barrera que de repente se ha interpuesto entre nosotros. Y el frío. Sobre todo el frío. 
Ayer supe que algo iba mal. Cuando te besé, y no sentí ese cosquilleo que siempre sentía al besarte. Esta mañana he sentido que iba a ser un mal día. Mi instinto no falla. Debería mandarle mi curriculum a Cuarto Milenio y que me contrataran. 
Al principio duele. Mucho. Ese pinchazo en el corazón, sentir que la sangre no llega a todas las partes de tu cuerpo, que no puedes respirar. Sin embargo, el artículo tenía razón. Sólo 12 minutos de dolor emocional son reales, el resto son auto infligidos. No duele. Puede que a ratos. Puede que dentro de unos días la realidad y la soledad me golpeen como un mazo y vuelva a quedarme sin respiración. Pero ahora... ahora no duele. Ahora sólo queda el vacío. La duda, el miedo. ¿Qué voy a hacer ahora? Y estoica, me digo; "Eres fuerte, Elena, de peores has salido. Vas a estar bien. Eres una luchadora nata y experimentada. No hay quien pueda contigo." 

Así es la vida, nadie dijo que fuera fácil. Pero Dios, cómo te he querido. 

Es triste. Triste porque se ha acabado algo precioso, esto que hemos vivido. Pero, ¿A quién quiero engañar? Ya lo sabía. De alguna manera, hace tiempo que lo he sabido. Antes que tú. Bastante antes. Pero me he negado a aceptarlo. Me he agarrado con todas mis fuerzas a un clavo ardiendo, negando la realidad, aferrándome con furia a la esperanza de que podíamos mantenerlo vivo, rezando para que no te dieses cuenta. Porque ¿Qué iba a hacer si no era estar contigo? Al final, tú has tenido que ser el fuerte. El que me haya obligado a aceptar la verdad. Que me quieres mucho, pero ya no como antes, que tal vez sólo como amigos. Para qué mentirte... hace tiempo que siento lo mismo. Pero Dios, cómo te he querido. Como te quiero todavía, aunque sea de un modo distinto. Eso que dicen de que el amor se muere es mentira. Al fin y al cabo, el amor es una energía. Ni se crea ni se destruye. Sólo se transforma. Si se destruye, es que no era amor. Y lo nuestro lo ha sido. 
Me queda en consuelo de que ante todo, eres mi mejor amigo. Y eso no va a cambiar. Sé que puedo contar contigo. Sé que puedo llamarte, hablarte, decirte las tontería que se me pasan por la cabeza, aunque ahora los besos estén prohibidos. Me va a doler no poder tocarte, no poder hacer el amor, darte mimos, pasear de la mano. Eso es lo que más me duele. Pero si guardamos esa pasión que aún nos queda, puede que en un futuro, el amor vuelva a transformarse y seamos de nuevo más que amigos. 

No me arrepiento de nada. Sólo puedo darte las gracias. Gracias por hacerme tan feliz estos 3 años y dos meses que has estado conmigo. Gracias por cada minuto, por cada mirada, por cada caricia, incluso por cada bronca. Gracias por hacer que sea mejor persona. Gracias por el regalo que para mí has sido. No tengo ni un sólo reproche. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Ojalá pueda seguir haciéndote feliz. Ojalá que encuentres tu camino.

Yo, pensando en positivo, tengo un nuevo mundo de posibilidades. A lo mejor me voy de au-pair cuando acabe la carrera, es el método más fácil de salir de España. A lo mejor me voy con una ONG a cambiar el mundo. Al fin y al cabo, es lo que siempre he querido. Pero cómo me hubiera gustado que vinieras a dar la vuelta al mundo conmigo. 

Vamos a estar bien, amigo. Pero Dios, cómo te he querido. 

miércoles, 30 de mayo de 2012

Manifiesto por la Educación.


Los recortes que propone el actual Gobierno no son sino una involución y un atentado contra los derechos humanos. La educación, al igual que la sanidad, no son un gasto, sino una inversión. Está demostrado que aquellos países que invierten en I+D (Investigación y desarrollo)  se desarrollan mucho más rápido y de manera más eficiente. Y sin embargo, nuestro gobierno no hace más que poner trabas y problemas, metiendo hasta el fondo la tijera, mientras rescatan bancos y se inflan los sueldos, encaminándose hacia lo que parece un régimen cacique y dictatorial, en el que la mentira y el robo por parte de los de arriba se convierte en el pan de cada día, aumentando las desigualdades sociales y poniendo a los que están abajo en una situación cada vez más complicada.  Todos conocemos la situación actual de crisis de un sistema económico obsoleto que sufre sus últimos estertores. Pero la crisis no es sino la excusa perfecta para implantar leyes abusivas que acaban con todos los derechos sociales por los que nuestros padres y abuelos lucharon 30 años atrás.
“Un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de engañar” Ernesto Guevara.
Sí que sabemos leer y escribir, sin embargo, somos ignorantes en muchos aspectos. Los medios nos bombardean con términos que asustan mucho, y provocan una sensación de miedo e histeria colectiva. Nos manipulan lo que quieren. Porque, realmente  ¿cuántos de nosotros entendemos sobre el Íbex 35, acciones, y demás términos económicos?  
La ignorancia es lo que provoca el miedo, y es lo que nos hace vulnerables. El sistema educativo que hemos tenido hasta hora tenía bastantes puntos flojos, pero en vez de mejorarlo, lo están destruyendo por completo.
Si la educación es un Derecho, ¿Por qué quieren quitárnoslo? ¿Vamos a permitir que nos devuelvan al fondo de una sociedad clasista en la que sólo los ricos pueden tener acceso a una enseñanza digna? Nos son más listos, no son más capaces que nosotros. Vivimos en una sociedad que nos ha hecho creer que el dinero es lo más importante, pero no es así, el dinero fue inventado para servir a las personas, y no al revés. Las personas no pueden ser esclavas del dinero. En este país, como en muchos otros, dinero tienen sólo unos pocos.
¿Qué tenemos el resto? Tenemos nuestra cabeza, nuestra habilidad para pensar, para crear, para inventar.  Y para seguir desarrollando esa capacidad necesitamos que se nos siga educando, necesitamos seguir aprendiendo. Nunca se deja de aprender. La enseñanza es lo que no hace libres. La educación no consiste en memorizar una serie de términos, u operaciones matemáticas. Es mucho más. Es construir seres humanos capaces de desenvolverse en el mundo, de pensar por sí mismos, de desarrollar una capacidad de juicio y decisión.
A los de arriba no les interesa, claro que no. Si permanecemos ignorantes, podrán seguir manipulándonos y estafándonos. Pero no les vamos a dejar. Es el momento de decir basta. Ya hemos agachado la cabeza durante mucho tiempo. La educación es nuestro derecho; de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes, de los padres, de los profesores… es de todos. Y vamos a pelear por ello. Es el momento perfecto para reconstruir y replantear el modelo educativo,  y tenemos que hacerlo entre todos, porque es de todos.
Se nos ha adoctrinado para que nos conformemos, para que no cuestionemos las cosas, para que pensemos que no se puede hacer nada. Nos han robado en gran parte nuestra capacidad de iniciativa, desalentándonos; somos la generación perdida, la generación de jóvenes en paro, sin futuro, sin oportunidad de independencia. La generación ni-ni, nos llaman. Y hasta ahora nos hemos callado. Ya basta. Claro que se puede hacer algo. Vamos a demostrarlo. Podemos cambiar las cosas.
No debemos olvidar, que fue una sola mujer; Rosa Parks, una costurera de Montgomery, la que, negándose a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco desencadenó todo el boicot por parte de los negros contra los autobuses de Alabama. Fue la que provocó que un señor llamado Martin Luther King hiciera una marcha multitudinaria en el Mall del Washington, y dijera; “he tenido un sueño”. Fue la que ha hecho posible que hoy un negro sea Presidente de los Estados Unidos. Una sola mujer. Si somos miles los que damos un paso… imaginad lo que podemos hacer. 

miércoles, 16 de mayo de 2012

Eres tú.

Cada vez que pienso en la pregunta; ¿Qué es el amor? me viene a la cabeza una de las frases más míticas de la película Forrest Gump:

Puede que no sea muy listo... Pero sé lo que es el amor. 

El amor eres tú. Es la manera en la que me haces sentir. Ganas de sonreír a cada segundo cuando estás cerca. Estremecimiento de placer cuando me tocas. Poder ser una niña, y jugar e ilusionarme. Que el tiempo nos perdone. Poder soñar. No tener miedo. Seguridad, fortaleza, coraje. Viviría mil y una vidas, por difíciles que fueran, si estuvieras en cada una a mi lado. El amor son ganas de luchas, por ti, por hacerte feliz. Es poder compartir tiempo y espacio conservando la identidad de cada uno. Ser complementarios. Ser bellos por la luz que el otro nos hace irradiar. El mejor equipo jamás formado. El amor es poesía, es música, es el arte mejor creado, porque en él volcamos por completo nuestras almas. Es inmortalidad. Es el vacío que se queda cuando no estás. Es la esperanza cuando vuelves. Son las bromas. Son las charlas filosóficas hasta bien entrada la madrugada. Son las fuertes discusiones que acaban en risa. Son los besos robados. El amor es el sentido de la vida. Mi vida ere tú. 


lunes, 23 de abril de 2012

ARAGÓN

Dicen que el hogar de uno está allí donde está su corazón. Y lo cierto es que cuando vuelo por carretera y veo ese cartel que anuncia que vas a cruzar una línea imaginaria, o cuando sobrevuelo los Pirineos... Hay algo en mí que se relaja, y me envarga una paz infinita. Es un segundo, o tal vez menos, pero una vocecilla dice en mi cabeza: Ya estás en casa. 

Esta entrada surge como respuesta a los diversos insultos que mi Tierra, mi Hogar, ha sufrido en twitter hoy, que es su día, San Jorge. Y todo por decir San Jorge, y no Sant Jordi. El tema de Cataluña es largo y complicado, y no me quiero meter en ello. Pero mis raíces que no me las toquen. Que soy Aragonesa, con todas las letras, y a mucha honra. Y estoy harta de descerebrados que hablan sin saber, sin intentar ver más allá, e insultan porque sus argumentos son tan débiles, que al menor atisbo de un razonamiento contrario, los ven tambalearse. Qué triste, señores, qué triste.

Este es mi particular homenaje para tí, Aragón. 

A veces, la inmensidad de tu belleza, de tus distintos paisajes, es tan brutal, tan inmensa, que asusta, o emociona hasta hacer llorar. Eres grande, devastadora, fuerte, y luchadora. Aguerrida. Hace falta valor para vivir en tí, pues la naturaleza es más fuerte que el hombre en tus tierras, y demuestras todo tu poder a golpe de cierzo, de avalanchas de nieve, de periodos de sequía intensa y sol abrasador, de lluvias torrenciales que desbordan los ríos y arrasan con todo aquello que encuentran. Eres salvaje. Y sobre todo, eres libre. 
Las altas cumbres Pirenaicas, que albergan todavía a los señores de hielo, los glaciares, que esconden valles de belleza infinita y costumbres arraigadas, guardados por el señor de las alturas, el Quebrantahuesos, que planea soberano, mecido por las ráfagas de viento helador, en el último rincón que le queda sobre la faz de la Tierra.
Castillos e iglesias ancestrales, perfectamente conservados; el tiempo les ha concedido una pausa, y mientras las hojas de los árboles amarillean, se caen, y vuelven a florecer, la fría piedra permanece, constante, a la espera. 
Los ríos, fuente de vida y de belleza, descienden rápidos hasta el Ebro, llegando a la estepa, y al desierto. Y el Ebro. El Ebro. El eje de esta Tierra, el símbolo. El auténtico dueño y señor. Guardado por el Monte Viejo, el Moncayo, el refugio de las brujar, y las leyendas.
Y seguimos bajando, la tierra árida se mezcla con los bosques, y vuelven a aparecer las montañas, y en ellas, escondidas, cuevas con pinturas rupestres, con fósiles, con restos de dinosaurios. Hace miles de años que la belleza de Teruel cautivó a unos cuantos. 

Aragón, que ha visto convivir a judíos, musulmanes y cristianos, que ha reunido a diversas culturas; los celtiberos, los romanos. Aragón, cuya tierra ha sangrado a lo largo de los siglos por guerras provocadas por distintos motivos. Lo hombres mueren, pero Aragón permanece. 

Sus gentes. Tozudos, nos llaman. Cabezones. Brutos. No, no es así. Simplemente tenemos voluntad fuerte. Porque nuestra tierra así lo exige. Amables, acogedores, pero valientes. Y lo nuestro no nos lo tocan. Y aguantamos hasta la muerte. Y si vienen los franceses y caen todos los hombres, a la calle salen las mujeres, y los echan, aunque sea a golpes con sartenes. 

Para concluir, un poema cheso, que tiene un significado especial para mí:

 
S’ha feito de nuey, tu m’aguardas ya,
lo peito me brinca en tornar-te a besar.
Lo nuestro querer no se crebará,
aunque charren muito y te fagan plorar,
yo no’n quiero vier güellos de cristal
mullaos por glarimas que culpa no han.
Escuita, muller, dixa de plorar,
yo siempre he estao tuyo,
tú mía has de estar.
Dicen que un querer ye de dos no más,
y que ye más fázil fer-lo caminar,
cuando l’uno caye l’otro ha de bantar,
cuando l’uno caye l’otro ha de bantar.
S’ha feito de nuey, tu m’aguardas ya,
lo peito me brinca te quiero besar.


domingo, 22 de abril de 2012

Esto es España, que no Esparta.


Volvemos a la vieja España. A la del torero con su capote. A la de paletos que hacen gracia en el mundo por su pésima pronunciación del inglés. A la del trabajador explotado y resignado. A la de tu ni chistar, que te cae un capón. A la de misa y rosarios. A la de la falta de educación. A la del racismo, la tiranía, la homofobia. A la de ese macho aguerrido de pelo en pecho, el que se toma las tapitas en el bar, y persigue suecas en Benidorm. A la España de paella, toros, y olé, en resumen.
Hasta junio, dicen que tenemos reformas. Reformas, lo llaman. Un día te acuestas viviendo en una democracia, y cuando te levantas, vives en una dictadura.
Si quieres estudiar, paga. Si te pones enfermo, paga. Si quieras protestar, a la cárcel. Si convocas cualquier acto por internet que cuestione lo impuesto por el Gobierno, a la cárcel. Si miras mal a un político, a la cárcel. Porque el levantar una ceja es un acto de violencia y un uso de la fuerza extremos. Eso si, no te preocupes. A la Iglesia siempre podrás ir, a que señores que pretenden hacer gala de una moralidad impoluta te adoctrinen sobre lo malo que es ser diferente.
¿Televisión pública e información objetiva? ¿Para qué? Fuera los sindicatos de RTVE, qué no los queremos para nada. Preferimos que nos sigan vendiendo el pavo, que nos manipulen, que nos tomen por imbéciles.
Hay que apretarse el cinturón. Hay que ser ciudadanos responsables, ahorradores, frugales. Y ellos ayudan. Se quedan  con el dinero, que así a nosotros no nos entra la tentación de gastar.
Los alemanes y doña Angela son Dios. Y lo que digan ellos va a misa.
Porque no tenemos dinero. Para nada. Estamos en la miseria más absoluta. La bolsa se llevó nuestro prestigio y credibilidad. Hay que recortar en sanidad, en educación, hay que empeorar las condiciones laborales, abaratar el despido, dar licencia para echar a los trabajadores sin indemnizaciones, bajarles el sueldo. Porque si no, no salimos. Qué curioso. Para el suelo de los políticos, para invertir en armas, que somos el segundo país del mundo que más dinero se gasta en armamento, financiando así las desgracias del mundo, para la Iglesia, y para mantener a la familia real… para eso sí que hay dinero. Qué cosas. También hay dinero para invertir en medios de censura y de control de la ciudadanía.
En este país se juzga a los jueces que investigan crímenes contra la humanidad. Lay ley no está con ellos.
Porque en este país de pandereta, de chiste, de vergüenza, en este país en el que más ignorante se es, más alto se llega, la ley la tienen los que tienen el dinero. Y como los ciudadanos no lo tienen, por poder, no pueden ni alegar, que también se les va a cobrar por eso.
Parece muy exagerado… Pero Hitler también llegó al poder democráticamente.
El exilio parecía una broma medio seria hace unos meses. Ahora empieza a ser una cosa seria con cierto tono de broma. Eso de reír por no llorar. Porque yo no quiero vivir en un país lleno de gente estúpida e ignorante que vota a un gobierno retrógrado que pretende privarnos de todas nuestras libertades y nuestros derechos. Porque no quiero vivir en un país en el que se proclama fiesta nacional la masacre y matanza de animales, como espectáculo, como algo divertido, e incluso bonito de ver. Porque no quiero vivir en un país donde se expulsa a una chica de una red social por escribir sin cometer faltas de ortografía. Donde lo que se lleva es el chumbachumba que mata neuronas progresivamente.  Donde uno de nuestros representantes caza elefantes, y el otro, en vez de pagarse un logopeda, se dedica a correr los 100 metros lisos para evitar preguntas incómodas por parte de los medios.
Es la risa. Un chiste. Una broma pesada.
Y yo… yo me voy.