martes, 23 de octubre de 2012

Monólogo interior

Siento que me vuelvo loca. Y a pesar de ello, siento una extraña calma. No sé si es la que precede a la tormenta. Espero que no. La lucha interna se hace cada vez más encarnizada, y no hay claro vencedor. Ambos se estás desgastando; la mente y el corazón. La mente es fuerte. La mente es sabia. Aprende a cada minuto. Se empapa de cada moraleja que le da la experiencia como si de una esponja se tratara. Lo asume, y lo guarda para luchar próximas batallas.

La reflexión es la siguiente: No es que no hayas sido suficiente, tal vez has sido demasiado. Eres tan decidida, tienes tanta determinación y las ideas tan claras que cuando él se ha cansado de dejarse llevar, lo cual era muy cómodo, lo has arrollado. Él está madurando., y necesita espacio y tiempo para hacerlo. Necesita libertad para encontrarse a sí mismo. En los últimos meses has hecho más de madre que de novia. Así no podíais seguir. Si le quieres, déjale marchar. Haz un último sacrificio. Y piensa en ti. Tu necesitas un adulto a tu lado. Claro que pensabas que él iba a estar ahí para siempre. Le quieres, le echas de menos.  Él te hace feliz. Te hace ser mejor persona. Es tu equilibrio. Te da ilusión, la sonrisa, te ayuda a que todo sea más fácil. Pero tú eres fuerte. Tú eres valiente. Tú vales muchísimo. Hazle caso, y no le esperes. Puedes ser feliz. Te lo mereces. No has hecho nada malo. Lo único que has hecho ha sido amar en cuerpo y alma a alguien. Y eso no es un delito. Renunciaste a ti misma por él, pero porque tú ya sabías quién eras. Es un paso que él no ha dado, y por lo tanto, no puede entregarse de la misma manera, por mucho que te quiera. No le esperes. Respétalo, por mucho que te cueste. En ésto ya no puedes ayudarle. Está solo contra el mundo, y así es como tiene que ser. Tú ya pasaste por eso. Pasaste todas las pruebas que se te pusieron, y las superaste. Es un viaje que tiene que hacer cada uno. La vida no admite trampas. 

Ésta es una prueba más en tu vida, también, porque todavía te queda por aprender. Es una prueba de paciencia y de respeto. Una prueba de valor tranquilo. Tienes que aprender a ser equilibrada sin él. Él te ha enseñado mucho sobre eso. Todavía tienes que aprender a defender lo tuyo sin radicalismos. Superarás la prueba, Elena, siempre lo haces. La perfección no existe. Tienes que seguir mirando al espejo para seguir puliendo defectos. Es difícil, pero lo has hecho con anterioridad. Esta vez te toca ejercitar la paciencia, el respeto, la tolerancia. Juzgas demasiado, aun sabiendo que no está bien. ¿Quién eres tú para juzgar, para criticar, si cometes errores como la que más? Es uno de los grandes defectos que tienes, y lo sabes. Y a él no le gusta. Ni a ti tampoco. Te hace ser mezquina. No necesitas mirar con malos ojos a los demás. Tienes una visión bastante positiva de ti misma. No deberías comportarte como una amargada, ni siquiera ahora lo estás. 

Supongo que la calma viene de mi habilidad por mantener la sangre fría en situaciones difíciles. No es más que una nueva prueba vital. Y tienes que dar lo mejor de ti misma  para superarla. Es todo eso, autosuperación. De ésta saldrás reforzada. 

El corazón escucha todo ésto con atención y está de acuerdo. Dejarle marchar es la mayor prueba de amor que puedes ofrecerle. Pero la verdad es la que es. Que le quieres. Y que le vas a esperar, aunque la mente no se de cuenta de ello. Volverá. Porque mientras quede amor, queda esperanza. Aunque parezca imposible. El corazón es un creyente nato. Y la fe mueve montañas. Mi fe en él. Aunque la mente se desespere y siga adoctrinando al corazón... El corazón tiene razones que la mente ignora.

No hay comentarios: