lunes, 31 de diciembre de 2012

2012

Es tradición hacer balance del año que se acaba, aunque no tengo muchas ganas. Creo que no he llorado tanto en mi vida. Ha sido un año raro, bastante nefasto para mí y para  la gente que me rodea. 

Se me ha roto el corazón,  he perdido a un buen amigo, y eso me pesa profundamente. He tenido horas muy bajas, he cometido muchos errores, y he pagado las consecuencias. 

Pero aquí estoy, a finales de año, y puedo decir, este 31 de diciembre, que estoy bien. Que no he llegado a tocar fondo, después de todo. Que en los peores momentos ha habido un montón de gente que no me ha dejado caer, y eso significa que hay algo que estoy haciendo bien. A mis amigos de siempre, esos que me aguantan en las peores tempestades, se han sumado bastantes caras nuevas. He hecho muchas cosas nuevas, he descubierto nuevas vocaciones, he ayudado a sonreír a gente a la que aprecio, y estos tres últimos meses, que han sido los peores, he luchado muy duro, y he ganado la batalla. Estoy disfrutando de mi soledad. Me siento plenamente libre, no tengo miedo de nada, no hay límites, estoy re-definiendo mi persona. Y resulta que me gusto, me gusto mucho. En los momentos difíciles, he sabido hacer las cosas bien.   

El hacer el curso de monitor de tiempo libre hace un año fue un punto de inflexión. La Elena que había quedado en un segundo plano se despertó y empezó a patalear por volver a salir a la luz. Ahora está de vuelta. No voy a dejar que se marche nunca más. 
El haber entrado en Tebarray también ha cambiado muchas cosas. Me encanta ser monitora, y trabajar con chavales. Hasta me planteo estudiar Educación Social. 

Pero lo mejor han sido las personas. Los de siempre, esos que no fallan; Marina, Marco, Edu, Blanca, Oier, Miguel, Ana. Carlota y María, que han sabido perdonarme, y que son como mis hermanas, porque no importa lo que pase, son ellas. 
Las nuevas incorporaciones, que vienen fuerte; Marina S, Laura C, y Adriana T, que se han ganado un hueco en mi corazón a una velocidad impresionante. 
Mis compañeros de Amici, mis chicas del coro, que siempre están ahí para dar un fuerte abrazo, sin ni siquiera preguntar, porque no hace falta, no queremos y ya está. 
Mis amigos de Os Zagales, que siempre saben arrancarme una carcajada. Los monitores de Tebarray, que me han acogido como una más, y se han portado estupendamente conmigo. 
Mis filólogos, que no pueden faltar. Porque hemos hecho una buena piña, y ahora que la mayoría no está, los echo un montón de menos. Y Adriana, Ángela y Lauri, que sí que están, y me alegran el día a día. 
Mi familia. Mi madre, mis hermanos. Mis primos, el reencuentro fue estupendo. Hay que repetir. Ha sido una de las mejores experiencias de 2012, el juntarnos toda la gran cuadrilla H de la T. 
Y Diego, gracias por las sonrisas. No me pidas perdón por las lágrimas. Siempre. 

2013 promete. Un montón de viajes, un montón de proyectos, un montón de gente nueva. Me lanzo de nuevo a la aventura, el retiro ha sido demasiado largo. Retomo en Anti-Murphy: Si algo puede salir bien, saldrá mejor. La última vez que lo apliqué, en 2009, fue el mejor año de mi vida hasta la fecha. A ver si éste lo supera. 

1 comentario:

marya dijo...

Yo solo espero que 2013 sea mejor que 2012, porque como no... yo creo que me tiro por un puentecillo.

En fin, espero que para ti te traiga todo lo que te mereces (que no es poco :)) y algún reencuentro más, cuando mi cabeza, mi cuerpo y mi ánimo me lo permitan...