martes, 5 de abril de 2011

21

Mi amigo Miguel me regaló una pequeña libreta en la que escribir mis pensamientos, para que no se me olvidaran. Para llevarlos siempre conmigo. Un hombre sabio, Miguel.

Qué curioso es el ser humano. Cuando miro mis notas, escritas deprisa, a horas intempestivas, con letra irregular, me asombro a mí misma ¿De verdad tengo esos instantes de lucidez? Siempre he presumido de conocerme muy bien a mí misma. Eso es cierto en lo que a mis defectos se refiere. Pero sigo quedándome pasmada ante mis muestras de genialidad. Genialidad, sí. No por pecar de orgullo. O sí, qué cojones. Y sí, me apetece decir cojones. Si Reverte puede escribir un ensayo sobre "cojones", por qué no voy a poder yo ni mencionarla.

Soy orgullosa, mandona, impetuosa, hipersensible, emocionalmente inestable, fura, irascible, cabezota, territorial, dura, cortante, multipolar, porque lo mío no es bipolaridad... si sólo fuesen dos caras lo que yo tengo, otra gallo cantaría.

Pero también soy cariñosa, leal, sincera, interesante, oyente permanente, consejera, fiel, amable, educada, respetuosa, inteligente, misteriosa...
Una cajita de sueños e incertidumbres, y sobre todo humana, muy humana.

Me da miedo lo que no puedo controlar, y cambio del llanto a la risa y viceversa con una facilidad alucinante. Tan pronto me apasiono con algo hasta rozar la obsesión, como me canso de todo, y no tengo ganas de nada. Me gusta criticar, discutir, llevar la voz cantante ser la mejor en todo. Soy egoísta a la par que desinteresada. Me gusta hacer regalos, escribir, dibujar, escuchar música, leer, subirme a un escenario, analizar comportamientos ajenos, las puestas de sol, el olor a libros nuevos.
Me gusta mi ingenio, hacer sonreír a la gente, que se sientan agusto a mi lado. Odio que me lleven la contraria, que me tomen por tonta, que me giren la cara.

Me gusta Diego, me gusta hablar con el, de todo y de nada, hacer el amor, leerle en voz alta, gastarle bromas, tomarle el pelo, pelear de cachondeo, las cosquillas, cocinar juntos, o mejor, verle cocinar, planear viajes, soñar, llevarle al teatro, ver Friendas acurrucados en la manta, pasear de la mano, echar carreras con la bici, que me de la paliza con cosas de internet, y me gusta quererle, y que me quiera.

Me gusta la lealtad de Marco, el idealismo de Borja, el apoyo de Blanca, la escucha de Edu, la complicidad de Marina, las ensoñaciones de María, las confidencias de Carlota, el pelo de Ana (lo adoro), la genialidad de Oier, la simple y maravillosa complicación de Miguel, las divagaciones de Nacho, los cafés con Adriana, poner al día a Paloma.
Me gusta gustarles y sentirme gustada.
Aunque a veces sea insoportable, iracunda y pesada.

Sé que debería liberarme de la ambición si quiero ser plenamente felíz, pero no ambiciono tanto; mis sueños no me los quita nadie, y no quiero renunciar a ellos, aunque sea apuntar muy alto.

Me encanta ver fotos antiguas, y les tengo especial cariño a las que salgo en brazos de mi primo Fernando,, y parezco la niña más felíz del mundo.
Quiero a mi hermano Diego, y le echo muchísimo de menos, y no hay día que no piense en que ojalá hablásemos más, más a menudo, y me contara sus cosas como hacía hace años.
Tengo la mejor madre, y la gata más gorda, pero ellas forman mi hogar. Y aunque suene cruel decirlo, echo más de menos a mi gata cuando me voy que a muchas otras personas.

Soy voluble, histérica, paranoica, divertida, apasionada, espontánea, manipuladora, transparente y marimandona.
Y qué cojones; soy libre.

Hoy cumplo 21, y no me cambiaría por nada del mundo.

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