sábado, 18 de enero de 2014

Felicidad

¿Qué es la felicidad? ¿Qué necesitamos para ser felices? ¿Realmente existe? ¿Se puede alcanzar?

No poseo una verdad absoluta, pero hace tiempo que vengo reflexionando, y lo cierto es que tenía ganas de poner por escrito las respuestas que yo personalmente he encontrado a semejantes dilemas.
La felicidad... Todo el mundo habla de felicidad. Así que supongo que la primera definición de felicidad es que se trata del estado al que todo ser humano aspira consciente o inconsicentemente. ¿Quién no quiere ser feliz?
Nadie.
Y de hecho, la mayor parte de nuestra frustración proviene de sentirnos infelices. 
Vivimos en una sociedad, en una cultura, que predica que eel más feliz es el que más tiene. "Necesitas una casa grande, un coche potente, el último modelo en cualquier objeto electrónico. Necesitar ser guapo, delgado, popular. Necesitas tener dinero para poder pagar todo lo anterior. Ser pobre, carecer de bienes materiales te impide ser feliz." Así nos autodenominamos: La sociedad, el estado del Bienestar. Pero... ¿qué hace falta para ser feliz? La respuesta es simple. Nada.
La felicidad no es una meta alcanzable, un trofeo conquistable. Es el camino, o mejor dicho, la actitud que adoptas frente a tu caminar. Yo soy feliz. ¿Por qué? Porque quiero serlo. Porque puedo serlo.

Ser feliz no implica estar siempre contento, sin preocupaciones. Eso no depende de nosotros. La vida es impredecible, y muchas circunstancias se escapan de nuestro control. Muchas de ellas nos van a hacer sufrir, es irremediable. Pero una vez que aceptas eso, que dejas de luchar en una guerra perdida, no importa lo triste que estésen ocasiones, los tramos oscuros que cruces... estás en paz con el universo, y sabes que vendrán tiempos mejores. Independientemente de lo que nos pase, siempre somos libres de elegir la actitud que tomamos ante ello. En realidad, todo en esta vida puede resumirse a la voluntad de cada uno.

Cuando empecé a interesarme por el budismo, no entendía aquello de librarse de las ambiciones. Lo entendía como conformismo. Tenía 15 años, mucho ímpetu y un afán de ser reblede porque el mundo me hizo así. Ahora entiendo que aceptar no es conformarse. Es comprender. Y cuando comprendes, no te amargas. Puedes seguir adelante. Los golpes no duelen tanto si estás preparado para recibirlos.

He visto situaciones de pobreza e injusticia inimaginables. Y aún así he visto en ellas una capacidad de sonreír que supera con creces a la de nuestra venerada sociedad del bienestar. En África... lo que hay son personas. Y teniendo la compañía de esas personas, te das cuenta de que poco más hace falta para ser feliz.
"Hapiness is only real when shared / La felicidad sólo es real cuando la compartes."
Para ser feliz, sólo hay que desearlo. ¿Por qué soy feliz? No sé si se cumplirán mis sueños, lo cierto es que son muy grandes. No sé si tendré todo lo que deseo. Pero soy libre, de cada mala experiencia aprendo algo, y estoy rodeada de un montón de personas maravillosas con las que compartir vivencias. Vida sólo hay una. Y es dura, y cruel, pero bella y sublime al mismo tiempo. Hace falta aceptar lo primero para ser capaz de ver lo segundo.
Y entonces, en ese preciso instante, aprendes a valorar cada momento.  Cada café, cada palabra, cada sonrisa de un amigo. Cada guiño cómplice. Cada beso. Cada frase que te hace reflexionar. Cada nota musical que te conmueve. Cada libro que te abre un nuevo mundo. Cada película que te hace soñar. Cada viaje, cada anécdota, todo puede ser divertido. Cada foto. Cada rincón recientemente descubierto.  No quiero esperar a que la vida me conceda mis caprichos, porque la vida no espera a nadie. Estoy aquí, ahora, viva... Y sólo por eso... Ya soy feliz.

Soy feliz porque quiero.

No hay comentarios: