miércoles, 20 de mayo de 2009

Renacer

Suspiró. Y supo que en realidad nunca antes había respirado.
No era su pimera vez, y sin embargo lo era.
Lo era por la clariad con a que prcibían sus sentidos; la respiración ausda, la suavidad de la tosca piel contraria, el olor a café mezclado con el de sudor humano, el sabor de pasión en la boca, la silueta difuminada a sus espaldas.
Y sobre todo, la calidez.
Ya no tenía nada que ver con el fuego de la tentción que había ardido en su interior no mucho antes, era algo más íntimo, más satisfactorio, más hermoso; algo que salía directamente de su corazón.
No estaba segura de si debía llamarlo amor. De lo que sí tenía la seguridad era de q porprimera vez estaba viva.

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