martes, 26 de octubre de 2010

Diego

Simplemente te haces querer. Por mí y por todos los que te rodean. Tu sonrisa constante, tus comentarios divertidos, tu oído presto a escuchar, a apoyar, a aconsejar. Tu buen humor y tu buena presencia. Tu habilidad de caerle bien a todo el mundo. Tu musicalidad constante, que hace que siempre estés cantando o bailando. Tu alegría. Tu risa fácil y contagiosa. Tu tendencia a dar abrazos gratis. Tu extroversión, que hace que todo el mundo te parezca interesante. Tu espíritu aventurero. Tu cabeza templada que siempre regalara una buena conversación a los que te rodean. Tu infinita paciencia. Tu generosidad absoluta. Tu solidaridad y tu respeto.

Hay tantas cualidades que tu tienes de las que yo carezco. Por eso te admiro, y te quiero.

Por tu entusiasmo por las pequeñas cosas. Por tus infinitas ganas de aprenderlo todo. Por lo ideales que se pasan por tu cabeza. Porque te aferras firme a tus convicciones, y la tuya es una lucha tranquila y apacible a la hora de defenderlas. Tu energía interior, que te hace estar siempre activo, con ganas de hacer cosas nuevas. Tu dinamismo. Tu optimismo. Tu encantadora forma de despistarte, aunque a veces me desquicies. El brillo de tu mirada. Tus bromas continuadas. La forma que tienes de que todos se sientan apreciados, especiales, escuchados. Tus ganas de comerte el mundo.

Este eres tú, así, simplemente. Y cuánto te quiero.

No hay comentarios: