lunes, 16 de abril de 2012

Si tú me dices ven...

Sólo han pasado tres días, pero siento como si fuera una eternidad. La distancia y el tiempo juegan en mi mente al pilla pilla, y una acaba confundiéndose con el otro. Te echo de menos. Mi cabeza me dice que soy ridícula, como siempre... pero qué le vamos hacer; en mi caso, siempre ha sido el corazón el que ha mandado.
Sobrevivo, claro. Mi supervivencia no depende de ti. Hago las cosas cotidianas, y cosas no tan cotidianas, como estudiar a diario, para llenar tu vacío físico. Porque el alma y la mente las llenas tú por completo. Cada cosa que pasa, cada cosa que pienso, necesita contártela, compartirla contigo, por insignificante que sea, porque pienso que te va a divertir, que te va a gustar, o simplemente que te va a interesar. Por eso sobrevivo, pero no vivo. Igual que no vivia del todo hasta que llegaste a mi vida. Hay algo que no está completo, y que, por lo tanto, no existe si no estás tú: La felicidad. Hay tanta gente que está acostumbrada a vivir sin ella. Pero yo ya no puedo. Es como una droga. Cuando la has probado necesitas más.
No es que ahora no sea feliz. Porque aunque lejos, sigues estando. Pero es como si alguien hubiese cogido un mando y le hubiese dado al botón de pausa. Hasta que vuelvas. Un paréntesis en el tiempo hasta que pueda volver a abrazarte, besarte, hacerte el amor, olerte, mirarte, hacerte cosquillas o dormir a tu lado.
Te quiero. Y ahora que estás lejos, aún lo siento más adentro. Eres único. Incluso cuando duermo sueño contigo. Como en nuestra canción:

"Cause even when I dream on you, the sweetest dream I ever do, I still miss you baby..."

Esta experiencia es única para ti. También para los dos, pues saldremos reforzados, y más unidos que nunca. Pero, por favor, que pase rápido.

Si tu me dices ven, lo dejo todo...

No hay comentarios: