lunes, 14 de enero de 2013

Divagaciones sobre la vida.

No sé si es porque en época de exámanes, al tener el cerebro al máximo rendimiento, digo alguna que otra genialidad en medio del mar de tonterías, pero parece que a la gente le hago gracia.
No sé de qué va a ir esta entrada. No tiene un hilo que seguir ni un propósito claro. Citando a Descartes: "Sólo sé que no sé nada". Así que dejaré vagar a mi pensamientos. Aviso para navegantes. Pueden ser totalmente inconexos y desbaratados. Pero necesito un descanso intelectual, así que pondremos mis reflexiones a remojo, y a ver que sale revelado. 

Creo el día en el que Proust se comió la dichosa madalena, cambió el mundo. Debería empezar una nueva era a partir de ese momento. Ahora estaríamos en el 105 después de Proust. Y podríamos volver a patentar lo de mandar a gente a las galeras. Hay mucho idiota por ahí que lo necesita. 

¿Alguna vez habéis pensado que se pueden hacer croquetas con absolutamente todo? Tu rebozas algo, lo fríes, y ya es croqueta. Hay todo un mundo de sabores esperando a ser descubierto.

Hablando de croquetas. Tengo casi 23 años, y sigo considerando el hacer la croqueta por la hierba uno de los grandes placeres de la vida. Eso y hacerse bola con el edredón. Proust dedica unas diez páginas del Camino de Swann a describir el noble arte de hacerse bola. Ya con eso se ganó mi respeto eterno. Aunque luego el resto del  libro me aburriese monumentalmente. 

Queda mal que yo, como filólologa y crítica literaria en ciernes lo diga, pero aunque sea muy interesante a nivel técnico, y bla, sigo sin entender por qué narices gasta alguien toda su vida en escribir libros que no van sobre nada. Argumento mínimo. 600 páginas. Pero ¿Por qué? ¿Qué tipo de vida miserable y desgraciada llevaron? 

Hablando de Miserables. Cómo me ha gustado la película.  Víctor Hugo era un genio. Y de la peli hay muy malas críticas, pero yo lloré como una madalena. Y si una peli me hace llorar tantísimo, es que algo tiene. Creo que a los que vivimos experiencias musicales a diaro nos llega más. Por cómo interpretan los actores, por cómo transmiten a través de las canciones. No he hecho ningún experimento científico, pero por la gente con la que he hablado, a los que hacemos alguna actividad relacionada con la música nos ha gustado mucho más.

Siguiendo con los miserables, pero ahora en minúsculas, y siguiendo también con gente a la que mandaría a galeras, están todos los simios del gobierno y sus cargos inventados para colocar al primo de la vecina. Lo que no sé es como hay tan poco movimiento. 

Podría meterme en un discurso político, pero buf, qué pereza. Que esto tenía que ser un desahogo, no una rotura de cabeza. Prometo que algún día pondré por escrito mis ideas políticas, mis ideas metafísicas, y mis ideas éticas. Y dentro de muchos años la gente me tendrá que estudiar en selectividad y me odiarán. Pero hoy no es ese día. Estoy demasiado cansada. Y vaga, para qué engañarnos. Y pensar que todos mis valiosos pensamientos pueden caer en el olvido por mi pereza suprema. Qué triste sería. 

Me gustaría debatir. Sobre temas importantes. De actualidad. Últimamente la carrera me tiene demasiado eclipsada, y sólo hablo de literatura modernista. No. Yo puedo hablar de muchas cosas. Soy aprendiz de todo, y maestra de nada. Para  bien o para mal. 

Esto está resultando demasiado ridículo. No sé si quiera si merece la pena que lo publique. Pero qué más da, no lo leerá nadie, y yo así lo tengo guardado y de vez en cuando lo leeré, y pensaré... qué mal te sienta estar de exámenes.

No hay comentarios: