sábado, 16 de noviembre de 2013

Cuestión de tiempo.

Me preguntas que qué me ha pasado. Verás, me ha pasado el tiempo. Me abracé a él como un a un clavo ardiendo y me dejé transportar de las noches de soledad polar a los cálidos días del verano. La gente le teme, pero es sólo un viajero incomprendido, pasa dejando dejando marcas en la piel. Nadie repara en que al menos también limpian la sangre y cierra las heridas. Ahora me rindo a sus artes amatorias, que me roban las lágrimas y las ponen a buen recaudo. Y las lesiones internas sólo duelen los días de lluvia. Cosas de viejos. Me ha dado el poder de oler las tormentas. Ya tenía el de atraer los rayos. Ahora al menos me pondré suelas de goma para prevenirme del impacto. Mejor prevenir que curar. Que el tiempo es un viajero ocupado, y no puede volver a mí de rato en rato.

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